En el mundo del espectáculo se suele decir que es más difícil permanecer que llegar. A veces, un golpe de suerte o de extrema exposición puede darle impulso a la carrera de un cantante. Lo complicado es sostenerse cuando el hype comienza a mermar. Para los integrantes de boy bands, cuando llega el momento de disolver el grupo, porque el motivo que sea, el siguiente y más duro paso es consolidar una carrera en solitario. La suerte suele ser dispar. El caso de Liam Payne, fallecido este miércoles en un hotel de Buenos Aires, que supo ser una de las caras bonitas del mega famoso One Direction, puede ser uno de esos ejemplos.